Para cambiar el cariz tradicional de este blog sobre regulación, encuentro un breve y sintético artículo del Economist (virtudes cardinales de ese medio) sobre un estudio de los mercados escondidos de bebés, babies, o guaguas, como se les llama en Chile. Pero que no es sino el mercado de la fertilización y de la adopción, en esencia.
Comentando un libro de la profesora de Harvard, doña Debora Spar, se nos cuenta que, respecto a la adopción, fertilización asistida y madres sustitutas, venta/donación de óvulos, venta/donación de semén, arriendo de úteros, entre varios negocios posibles e imaginables, pueden existir cuatro visiones respecto al negocio y los respectivos mercados, y su posible regulación por un (confundido) Estado, que me parecen de interés citar:
Comentando un libro de la profesora de Harvard, doña Debora Spar, se nos cuenta que, respecto a la adopción, fertilización asistida y madres sustitutas, venta/donación de óvulos, venta/donación de semén, arriendo de úteros, entre varios negocios posibles e imaginables, pueden existir cuatro visiones respecto al negocio y los respectivos mercados, y su posible regulación por un (confundido) Estado, que me parecen de interés citar:
- "modelo de la cocaina": se prohíbe y criminaliza el negocio.
- "modelo del riñón": está bien donarlos, si es gratis, pero no venderlos (digamos, habría objeto ilícito en el acto jurídico, como se argumenta en el Derecho Civil).
- "modelo suntuario", por el cual adoptar a un niño es un lujo, como comprar joyas.
- finalmente, el "modelo de cambio de cadera", en el cual hay elementos de subsidios, pero también hay oferta privada.
El tema -usualmente- es tratado desde la vertiente de la bioética, y en el caso jurídico, desde la dignidad de la persona, pero no lo conocía tratado desde esta perspectiva: del negocio y los mercados, y su (des) regulación por el Estado.