Siempre se pueden encontrar sorpresas en la tramitación de leyes. Proyectos más o menos creativos, presentados por diputados, senadores y por el Gobierno. De un cuantuhay.
Me llamó la atención un reciente proyecto de ley que regula el peso de las mochilas escolares.
Proyecto de ley breve.
Esos de artículo único:
"Se prohíbe a los escolares cargar en sus mochilas un peso superior a los cinco kilos. Será de responsabilidad solidaria entre el establecimiento educacional y los padres el cumplir esta limitación. Su infracción será sancionada con multa de una a cinco unidades tributarias mensuales por el juez de policía local que tenga jurisdicción sobre el lugar donde se encuentra emplazado el establecimiento de educación."
Y la motivación del proyecto, la siguiente: "1.- Que a los escolares se les fuerza a llevar sobre sus espaldas mochilas que exceden el peso que debieran soportar a su edad; 2.‑ Que lo anterior, durante años, se traduce en enfermedades irrecuperables cuando esos escolares sean mayores; 3.‑ Que los establecimientos educacionales no miden las consecuencias que lo anterior puede tener en sus alumnos y alumnas"
Detengámonos en la técnica.
Reflexión: Tenemos una prohibición, una sanción, un tribunal competente. Luego, nace una abstención: no cargar a un escolar con una mochila con más de cinco kilos. Aclaremos que por mochila entendemos aquel "morral de los cazadores, soldados y viandantes" (bastante poética la definición, "viandante"). Una segunda definición, es aquella que nos recuerda la parada miltar del 19 de septiembre: "caja de tabla delgada, forrada de cuero, que usan los soldados para llevar el equipo, poniéndosela a la espalda, sujeta con correas y afianzada en los hombros".
Es decir, no hay mochila si no hay correas que la sujeten que la afiancen a los hombros. Asín, un bolso con una sola correa, o morrales, que pudieren causar "igual daño", no quedarían cubiertos por la prohibición.
Pregunta: ¿quién carga la mochila? El escolar, parece. Si la carga él mismo, multa. Incluso si voluntariamente quiere llevar el peso. Ahora, si lo fuerzan a cargarla, ¿multa?. Y si un compañero le echa una piedra -típica talla de escolares y campistas-, ¿multa?. Así, diversos sujetos pueden "forzar" al escolar a llevar en su mochila más de 5 kilos. Pero el proyecto habla de "sus mochilas".
Control: De interés será la fiscalización de este proyecto. Personas que andarán con balanzas en las calles y a la entrada de los colegios. "Niños, llegó el Sr. Sapo que viene a pesar sus mochilas. Quienes no anden con mochilas, no serán controlados".
A lo anterior se agrega que no es lo mismo un niño de 6 años que un "niño" de 18. ambos con mochilas de 5 kilos, ambos escolares.
A lo que se agrega que el proyecto solo protege a los escolares, es decir, a quienes van a una escuela. No protege, por ende, a pre-escolares.
No queda claro, tampoco, que pasa con los escolares que cargan su mochila para finalidades extraprogramáticas, como pueden ser acampar. Esos escolares no podrían llevar mochilas de más de 5 kilos. Claro, habrá que contratar a sherpas -que no sean escolares- o a mulas.
En resumen, un proyecto de ley innovador.
Y Pedro Fernández, ya no podrá cantar la famosa canción...