El último Economist incluye un comentario sobre el Plan "Transantiago", plan que promete hacer un cambio significativo en el transporte público de Santiago de Chile.
Ciertamente, ha costado bastante. Costos de cambio, que les dicen.
El Mercurio de hoy editorializa respecto de los cambios que hemos visto a los contratos, lo prometido, lo cumplido y lo por cumplir. Todo, a propósito del cambio que se hará en la Ley de Concesiones de Obras Públicas.
- "En otros casos es menos excusable la necesidad de renegociar los contratos, porque son más sencillos y, a menudo, la responsabilidad de los errores de diseño es del demandante, como sucede en renegociaciones de contratos de concesión de carreteras. Es positivo, por tanto, que el proyecto de reforma de la Ley de Concesiones intente reducir el margen para renegociaciones de contratos.
- En los dos tipos de éstos antes citados, tales renegociaciones alteran las características de la licitación que adjudica el proyecto o la concesión: las ganancias provienen no sólo de lo contractualmente estipulado, sino de lo que la empresa ganadora puede conseguir posteriormente. Esto les da ventaja a empresas que son hábiles para renegociar, lo que normalmente está asociado a empresas más ineficientes desde el punto de vista productivo. Es decir, mientras más se renegocian los contratos de gran magnitud, especialmente los del Gobierno, ellos se convierten en más atractivos para empresas de peor calidad. Se crea así un dilema: a veces es imprescindible renegociar, porque los costos de no hacerlo son demasiado altos, pero cada renegociación eleva el costo no sólo de ese contrato, sino de los demás en el futuro."
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