28.5.07

Fusión Falabella-D&S: ¿cuántos competidores son suficientes?

El reciente anuncio de fusión entre D&S (Supermercados Líder, Ekono, etc.) y Falabella ha creado algún ruido a nivel de competencia.
De partida, la FNE ordenó la apertura de una investigación usando los criterios de su Guía de Concentraciones Horizontales (ver resolución acá), informando que la concentración propuesta es de su interés.
Según las empresas, esta alianza "creará un nuevo holding Falabella D&S que operará la tienda por departamentos más importante de Sudamérica, Falabella, con presencia en Chile, Perú, Argentina y Colombia; y la principal cadena supermercadista del país, Lider. Además, se integrarán las unidades de negocio de: Sodimac, la inmobiliaria Saitec, CMR, Presto, Banco Falabella, San Francisco y Tottus. Cada uno de los negocios seguirá siendo desarrollado sin mayores cambios."
Sin perjuicio de las sentencias del TDLC sobre el comportamiento de los supermercados, la declaración del controlador del principal competidor de D&S -Cencosud- nos llaman a meditar:
“También es bueno para nosotros. Porque antes éramos tres y ahora somos dos. Fabuloso”.
De 3 a 2.

¿Número suficiente para competir?
En otras partes, dijeron que no.
Ahora bien, ¿es el mismo mercado?

8 comentarios:

Francisco Vera H. dijo...

Eso de "antes éramos tres y ahora somos dos"

Es más barato coludirse? repartirse cuotas de mercado? tener acuerdos tácitos?.

Porque de eso sí que tiene de bueno.

Interesante el artículo reseñado, principalmente en las particularidades de los productos alimenticios respecto de el nivel de desplazamiento geográfico que estaríamos dispuestos a asumir para adquirir otro bien.

Así las cosas, conviene echar una mirada a qué pasa con los supermercados San Francisco y los supermercados Lider en algunas ciudades (Buin, otras). Y por otra parte, que ocurre con los supermercados regionales que tenían convenios para recibir tarjetas CMR como medio de pago.

Otro campo, como se ha señalado, es el de las tarjetas de tiendas y el nivel de cautividad pueden generar en sus usuarios (y la posibilidad de prácticas exclusionarias respecto de otras tarjetas como las bancarias).

Ojalá la investigación de mercado en estas (y otras) áreas pase de los fuegos artificiales y se discutan los temas en serio. No quiero llegar a tener que ir a una tienda y verme obligado a pagar con la tarjeta de la tienda correspondiente si no quiero.

sebastian spolmann dijo...

Lo mejor de todo, son los argumentos que se dan acerca de la eventual competencia que puede darse a nivel regional sudamericano o latinoamericano -si quieren competir con Walmex- que se van repitiendo una y otra vez en este tipo de acuerdos.

En este sentido cabe recordar las alegaciones hechas en la adquisición de Ladeco por parte de LAN, o el aprovechamiento de esta última de las ventajas para competir en el segmento de transporte de mercaderías (LanCourier). Siempre con miras a competir a nivel internacional enfrentando las barreras a la entrada naturales (altísimas inversiones) propias de los mercados en los que se intenta ingresar.

La pregunta que subyace es si seremos los consumidores NACIONALES los que debemos asumir los costos de dichas estrategias INTERNACIONALES.
Frente a lo cual me imagino que la respuesta será algo así como: "Es cosa de esperar, ya verán cómo en el largo plazo se traspasan los beneficios a los consumidores".

Mmm, seguró que sí.
En el caso de LAN podríamos preguntarle a los habitantes de Punta Arenas qué opinan. Alguien me contaba que todavía están esperando para aprovechar las economías de escala.

Francisco Agüero dijo...

Efectivamente.

Al supermercado se va en auto, no? Pero no se va tan lejos en auto a comprar.

Dos temas de interés:

1. La creación de "campeones nacionales" y el posible desmedro para los consumidores nacionales.

2. El de las tarjetas no bancarias. Buen tema. Por profundizar. mmm... la red como una instalación esencial? Dan acceso a Transbank?

Anónimo dijo...

Aspectos a considerar para un análisis más profundo:
-Asimetría entre actores de la fusión y agencia de competencia.
-Procedimiento de consulta al TDLC, que no fue concebido para grandes fusiones.
-Procedimiento que no considera el rechazo de la operación consultada.

Luciana dijo...

Nicolás Ibáñez declaró hace 2 años que su objetivo era que su tarjeta Presto creciera en cobertura...algo así como que en cada familia chilena hubiese una Presto. Creo que a estas alturas, una consideración no menor es que ya el negocio del supermercado vale cuesco, sino que todo lo que se da a propósito del supermercado.
La tarjetería la lleva, señores.
(buen punto, si rechazaran la fusión...qué?)

Francisco Agüero dijo...

Anónimo:

1. Respecto a la asimetría de la agencia: siempre pasa -y siempre se argumenta sobre lo mismo-, hay información pública disponible (Internet) y los competidores pueden oponerse en forma gratuita.

Por otra parte, tengo buena opinión de los informes de la FNE.

2. Como todo procedimiento, se aplica en todos los casos. ¿Qué se necesita? Máyores plazos? Habiendo vivido una consulta, la FNe puede requerir información a los consultantes y terceros, para construir su informe.

3. Buen punto. Pero, podrían imponerse condiciones muy gravosas. Tema a debatir, creo.

Anónimo dijo...

El sistema jurídico chileno de defensa de la libre competencia, no concibe que el TDLC -frente a una consulta por fusión- le niegue lugar.
La razón: La norma que crea el Tribunal, recoge para el trámite de consulta una disposición que permitía a las Comisiones Preventivas pronunciarse acerca de consultas sobre actos o contratos (menores) que se pretendía ejecutar en el mercado, (P. Ej: la comercialización de un bien utilizando un sistema de distribución exclusiva por regiones) Entonces, la norma autorizaba a las Comisiones Preventivas a hacer recomendaciones, pero jamás a negarle lugar a la operación consultada.
Así, el TDLC, frente a una gran fusión, sólo podría "condicionarla".
Por su parte, la intervención de la FNE en las grandes fusiones ha sido y será un acto épico. Porque sus expectativas no han podido ir más allá que de conseguir una cuota de regulación de la acción de la firma resultante de la fusión, en un procedimiento en que los plazos son acotadísimos y las materias complejísimas.
En otros países, los que se fusionan inician su proceso depositando en la cuenta de la agencia de competencia (en Chile la FNE) el 1% del monto de la operación. Estos recursos aseguran que la investigación sea adecuada o proporcionada al volumen y complejidad de la operación de fusión. Y la fusión puede resultar rechazada.
Resumen, Chile necesita un sistema de control de fusiones (voluntario u obligatorio) pero con aviso a la Agencia desde la primera gestión. Un procedimiento adecuado al caso (plazos, diligencias obligatorias, carga de prueba, etc.) Y recursos que permitan la contratación, para el caso, de estudios econométricos, encuestas, levantamiento de información, informes y defensa.
Todo lo anterior, en lo posible, antes de que tengamos una cadena de farmacias, una gran tienda por departamentos, un supermercado, un banco, una AFP, o una ISAPRE.

Anónimo dijo...

Voy a utilizar tu espacio para emitir un juicio absolutamente irresponsable, desde mi anonimato:
Chile, o la autoridad, luego de un período prolífico en concentración económica en los mercados más importantes, no tendrá más remedio que regular, por ineficiencia o por abuso de poder.
Y esta tarea será fácil porque los "imputados" serán pocos. Por pocos, muy conocidos. Por conocidos muy desprestigiados. Por desprestigiados, muy solos.
El Transantiago es un laboratorio del que puede salir, sin lugar a dudas, una gran regulación, y/o una gran empresa estatal del transporte que es otra forma de regular sin recurrir a normativas.
Caminar por los extremos tiene sus riesgos, extremar el poder y las ganancias, también. Extremar las desigualdades, más que riesgo, certeza de mal clima... por decirlo de algún modo.