13.8.12

Serie de posteos sobre el fallo del TDLC en CCS 2


El 10 de agosto recién pasado el TDLC publicó su sentencia del caso CCS 2, en la cual rechaza un requerimiento presentado por la FNE en contra de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS). 

La FNE sostuvo que la CCS habría abusado de su posición de dominio en el mercado de acopio de información crediticia, fundada en que esta última supeditó la renovación de un contrato de aprovisionamiento del Boletín de Información Comercial (BIC) -del cual es proveedora exclusiva- con la empresa SIISA a la modificación de dicho contrato. SIISA es una de las 4 empresas (la más pequeña en cuanto a participación) que actúa en el mercado aguas abajo proveyendo de información a los usuarios, en el cual también se encuentra una firma relacionada a CCS.

La disputa se centró en dilucidar si el BIC es un “insumo esencial”; si la conducta  de CCS en el caso implicó intento de leverage, esto es, el intento de extender su posición de dominio al mercado aguas abajo; y si la supuesta obligación que CCS habría impuesto a SIISA de desistirse de un procedimiento arbitral en su contra, constituyó abuso.

En los siguientes post algunos invitados y yo mismo haremos algunos comentarios sobre el fallo, los que -al menos en mi caso- se centrarán en los que considero son los puntos principales, más interesantes y discutibles: la petición de la FNE; la doctrina de los insumos esenciales; el “deber de cuidado” que el TDLC atribuye a las firmas dominantes; y la posible exclusión por negativa de venta, considerando especialmente la posibilidad de leverage.

Por ahora, sólo un comentario introductorio general. En mi opinión, el fallo es deficiente en una serie de aspectos y, lamentablemente, contribuye al ya precario estado de nuestra jurisprudencia en materia de abusos. Sin embargo, como en otros casos en la materia, esto quizás no es 100% atribuible al TDLC: al menos de la lectura del fallo, y por las razones que ya comentaré, el caso parece "malo". En general, queda la impresión de que la manera de plantearlo tuvo un sesgo demasiado civil, alojándose del foco en la libre competencia; que al menos algunas de las peticiones, tal y como aparecen planteadas, no buscaron la protección de la competencia, sino la de un competidor; que los puntos de prueba fueron incompletos y que la prueba presentada fue insuficiente; entre otras.

Una lección preliminar es que el TDLC no puede tener toda la carga de sentar buena jurisprudencia en esta materia; los litigantes privados y la FNE tienen la tarea más que importante de subir sus propios estándares. La "responsabilidad", por así decirlo, es compartida, y CCS 2 es una prueba de ello (como espero quede demostrado en los próximos posteos).

1 comentario:

Francisco Agüero dijo...

La discusión sobre "superdominancia" no es reciente, sino que recuerdo un antiguo post de Javier sobre el tema, de 2009, a propósito del caso "Sanitarias".

Como otrosí, y sin ánimo de exhaustividad, el enforcement por parte de la FNE de abusos exclusorios, sin la participación del "excluido", parece más complejo que idéntica situación pero con un demandante particular. Pienso en casos tales como Sanitarias, CCF, OMVs (incluso CCT 2), vis-a-vis casos tales como éste (CCS 2) u otros en que la FNE ha llegado a acuerdo con los requeridos (Embotelladoras Coca-Cola, CCU, etc.)